ESPUMOSOS
Los vinos espumosos son aquellos que, a diferencia de los vinos tranquilos, retienen una dosis importante de dióxido de carbono (CO2) disuelto cuando termina su elaboración.
Este dióxido de carbono es el responsable de las burbujas que percibimos durante su consumo.
En función del procedimiento utilizado para obtener las burbujas podemos inicialmente clasificar los vinos espumosos en dos grandes grupos:
Aquellos que las obtienen por un procedimiento exterior al vino y aquellos otros que utilizan el propio vino para conseguirlas.
En el primer caso, gasificamos un vino tranquilo mediante la inyección de dióxido de carbono de origen químico, en un tanque presurizado.
Esta es la forma más básica, fácil y barata de conseguir burbujas.
Los vinos elaborados con este procedimiento industrial reciben el nombre de vinos espumosos gasificados y habitualmente son de inferior calidad o destinados a graneles.
En el segundo caso hablaremos de vino espumoso natural ya que mediante diferentes técnicas y procesos naturales, físicos o biológicos, las burbujas se consiguen a partir del propio vino.